20 de abril de 2021 In Derecho

¿Vas a ser Testigo en un Juicio? Te enseñamos las habilidades comunicativas para afrontar con eficacia una declaración judicial

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¿Alguna vez has sido testigo en un Juicio? Solo imaginarlo hace que nos acompañen emociones desagradables como la ansiedad, la inquietud, el miedo a lo desconocido o miedo al fracaso (a fallar, a no ser creíble, a que no se interprete de manera adecuada lo que tengo que decir, a bloquearme o quedarme en blanco…. que no me crean).

En definitiva, cuando de un juicio se van a derivar consecuencias importantes para nuestra vida o para la de otras personas que nos importan (familiares, amigo/a/s, compañero/a/s, etc.), tiene un efecto inmediato sobre nuestras emociones y, por lo tanto, en nuestra forma de comunicarnos.

Sentir esta preocupación y cierto grado de activación es hasta cierto punto saludable y necesario, pues normalmente suele ir al lado de la responsabilidad y del compromiso por realizar un buen testimonio. Ahora bien, esa incertidumbre y las emociones que la acompañan no puede paralizarnos ni mediatizar nuestra actuación. En cualquier declaración, el/la juez va a observar y tener en cuenta cada intervención para finalmente adoptar la resolución más adecuada, de manera que es importante que nos preparemos.

Esta preparación debemos tomarla como un entrenamiento concienzudo para que nuestra comunicación transmita confianza, seguridad y credibilidad. A mayor confianza y preparación, menor será la incertidumbre que nos acompaña y mejor y más brillante será nuestro testimonio.

En Vegas Legal situamos a nuestros clientes en la realidad de una vista oral, desarrollamos un método de entrenamiento vivencial y experiencial, con simulaciones y grabaciones de la declaración de cara a tener un feedback directo y explícito y mejorar así todas aquellas habilidades de comunicación que ayuden a afrontar con éxito el proceso judicial. Además, facilitamos a nuestro/a/s clientes el conocimiento de todas las fases y las incidencias que puedan presentarse, de esta manera ellos perciben que mantienen mayor control de la situación.

Cada juicio, cada situación y cada cliente es único e irrepetible, de forma que en Vegas Legal adaptamos nuestra formación y método de actuación para que su preparación y asistencia al juicio sea lo más adecuada y correcta en su defensa.

¿Cómo aseguramos el éxito en nuestra declaración judicial?

  • Atendiendo a todo un conjunto de herramientas y estrategias de la comunicación tales como:
    – El control emocional y gestión de las emociones: manejo de la ansiedad y de los pensamientos negativos que nos conducen a ésta.
    – La comunicación no verbal (expresión facial y expresión corporal) y paraverbal (aspectos de la voz).
    – El lenguaje verbal: diseñar un discurso, testimonio o estrategia eficaz junto a nuestro/a abogado/a.
  • Repasando y preparando la estrategia diseñada por nuestro/a abogado/a punto por punto: cómo va a ser nuestro testimonio, qué es lo que se pide, qué es lo que se va a decidir en el juicio, etc.
  • Conociendo lo mejor posible cómo es una sala (a través de fotos, vídeos, explicaciones detalladas de nuestro/a/s abogado/a/s), de cara a tener una exposición previa a este escenario físico.
  • Planificando los tiempos de ejecución: el tiempo es un recurso valioso en la sala del que se debe extraer el máximo provecho. Al mismo tiempo, la capacidad de atención y retención del receptor del mensaje es limitada. Por ello, conseguir la máxima eficacia de la comunicación precisa del establecimiento de una conexión adecuada con el receptor, planificando los mensajes clave y convirtiéndolos en memorables para conseguir el objetivo buscado.

A continuación, desarrollaremos el primer punto referido a las estrategias de la comunicación personal como factor clave en nuestros entrenamientos.

Herramientas de comunicación personal para declarar en un juicio

Nuestra comunicación resulta decisiva de cara a convencer a nuestro receptor, en este caso el magistrado, acerca de la necesidad de adoptar nuestro punto de vista, de resultar creíbles. Necesitamos dotarnos de la máxima habilidad en el uso de nuestras habilidades comunicativas, para ello debemos tener en cuenta tres herramientas:

LA GESTIÓN EMOCIONAL Y CONTROL DE NUESTROS PENSAMIENTOS NEGATIVOS

Podemos presentar un conjunto de dificultades en cuanto a nuestro estado emocional a la hora de declarar en un juicio: estar demasiado atento/a/s a nuestras señales físicas, tener numerosos pensamientos distorsionados y erróneos antes y durante el proceso sobre nuestros posibles errores, tener una atención excesiva a nuestros interlocutores interpretando en todo momento cómo se sienten y tener un estado excesivo de ansiedad y/o desbordamiento emocional.

¿Qué podemos hacer ante esta situación tan difícil? Aplicar técnicas de relajación tales como:

  • La respiración abdominal o diafragmática: aprender a respirar de manera profunda para mejorar la capacidad funcional de los pulmones y regular el ritmo inspiratorio-expiratorio. De esta forma, conseguimos equilibrar nuestros niveles de oxígeno en sangre evitando con ello la hiperventilación y consiguiendo relajar nuestros músculos.
  • Práctica de Mindfulness: aprender a estar en el momento presente, enfocando la atención en lo que estamos haciendo, evitando con ello estar pendientes de otros factores distractores y estresantes. Meditar diez minutos al día nos ayuda a que este proceso lo podamos llevar a cabo de manera automática.
  • Visualizaciones: podemos usar diferentes tipos, unas nos servirán para relajarnos y desconectar la mente como focalizarnos en un paisaje, color, una imagen o sensación corporal… y otras nos ayudarán a enfrentarnos a diferentes situaciones de la declaración judicial al que nos vamos a enfrentar sintiéndonos a gusto y tranquilos y consiguiendo nuestros objetivos.
  • Control de los pensamientos negativos e irracionales: pensamientos que interfieren y nos dificultan la relajación y la concentración en nuestro proceso de comunicación y que nos generan un estado emocional negativo (inseguridad, nerviosismo, intranquilidad, etc.). Para ello es importante utilizar auto instrucciones positivas que nos ayuden a neutralizar esos pensamientos boicoteadores. Por ejemplo: “Tengo derecho a ponerme nervioso/a… Lo estoy haciendo bien… si me quedo en blanco, comienzo de nuevo… es normal que tiemble un poco… voy a lograrlo… yo puedo”.

LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL

La comunicación no verbal es un campo extenso, que abarca desde el análisis del entorno para realizar un diagnóstico sobre la estrategia judicial adecuada, hasta la importancia de la actitud personal (expresión facial y corporal) como proyección de la credibilidad, pasando por elementos como la propia imagen y/o el uso de la voz.

Sólo el 7% del mensaje se transmite a través de las palabras, el 38% a través de la información vocal (volumen de la voz, ritmo, inflexiones, locución, etc.) y el 55% se debe a los movimientos corporales.

Damos prioridad a lo no verbal frente a lo verbal a la hora de percibir el significado de un mensaje, de ahí que las palabras sean solo una pequeña parte de la comunicación. Éstas se transmiten de manera más consciente y, sin embargo, el resto opera a nivel subconsciente, lo que refuerza o deniega la credibilidad del discurso.

La comunicación no verbal tendrá como objetivos transmitir credibilidad, confianza, firmeza, credibilidad y coherencia en nuestro mensaje o testimonio. Para ello tendremos en cuenta los siguientes elementos:

  • Utilizar una mirada directa pero intermitente con la cabeza recta sin levantar la barbilla, evitando ser invasiva ni intimidatoria. Evitar mirar al suelo o distraer la mirada.
  • Gestos de seguridad tendiendo a la simetría y contundencia, combinados con gestos ondulantes.
  • Mover las manos y en general ser expresivo con el cuerpo y la expresión facial.
  • Posturas abiertas, evitando cruzar brazos y piernas. Evitar posturas excesivamente territoriales. La postura será neutra cuando estemos en el rol de escucha.
  • Orientación corporal hacia nuestro/a interlocutor/a.
  • Inflexiones y juego vocal, sonidos contundentes, pero no estridentes ni demasiado lánguidos y débiles.
  • Coherencia entre el lenguaje verbal y no verbal. Y coherencia entre los diferentes elementos no verbales.
  • Evitar auto manipulaciones y movimientos nerviosos.
  • Escucha activa con gestos de asentimiento, interés, murmullos de aprobación y mirada dirigida a nuestro hablante.
  • Expresión facial ajustada al mensaje y sus matices emocionales evitando el desbordamiento y la sobre exageración en nuestros gestos.

LA COMUNICACIÓN VERBAL Y EL USO DEL LENGUAJE

A la hora de tener en cuenta nuestra comunicación verbal tenemos que preguntarnos cuál es nuestro objetivo: ¿Qué queremos transmitir? En el caso, en el que seamos testigos en un juicio y debamos declarar, nuestros objetivos en nuestro lenguaje verbal tienen que estar orientados a transmitir seguridad, confianza, calma, naturalidad y credibilidad. Para ello debemos:

  • Evitar los rodeos y utilizar un lenguaje directo, concreto, rotundo y conciso. No extendernos demasiado en el discurso y dejar claras nuestras ideas fundamentales.
  • Nuestra audiencia clave es el juez y debemos simplificarle su tiempo. Menos, es más.
  • Utilizar los mensajes “fuerza”: lo primero y último que escuchamos es lo que mejor se recuerda.
  • Ser descriptivos: utilizaremos ejemplos, facilita que nos sigan cuando la información es compleja para nuestro/a interlocutor/a.
  • Redacción clara: sujeto, verbo y predicado. Evitaremos voces en pasiva y oraciones condicionales.
  • Usar mensajes yo: implican hablar en primera persona (yo pienso, opino, estoy convencido/a, estoy seguro/a, defiendo que…). Si además lo acompañamos de un lenguaje emocional, gana en impacto y poder de persuasión, además de motivar, involucrar o conmover a nuestros interlocutores.
  • Evitar vocabulario enemigo: aquellas palabras que pronunciamos mal o no sabemos en qué contexto usarlas.
  • Evitar las frases complejas, las coletillas, las dubitaciones.
  • Manejar las objeciones sin entrar en conflicto, saber ser conciso/a y rotundo/a desde el respeto.
  • Usar un lenguaje afirmativo y positivo: en lugar de “no puedo responderle a eso”, decir: “voy a buscar la información que me pide…”
  • Evitar términos peyorativos:  exageraciones, juicios de valor, uso de chistes, ironías, etc.
  • Escucha activa y empática: asentir, parafrasear, hacer preguntas aclaratorias de lo que no entendamos o ganar tiempo para responder, no interrumpir. Recoger el mensaje del interlocutor reconociendo su parte de verdad sin juzgar: “entiendo lo que me quiere decir, es comprensible que se sienta así…”
  • Empatía siempre que se presenten emociones obstaculizadoras.
  • Interiorizar y personalizar (a nuestra medida) el discurso para hacerlo más natural y auténtico.
  • Evitar las incongruencias en nuestra comunicación para no transmitir poca veracidad con el riesgo de interpretar nuestra declaración como un cúmulo de mentiras e invenciones.

Como abogados somos conocedores de lo que supone superar la presión y el miedo escénico que genera la Sala de vistas, con lo/a/s abogado/a/s en el estrado, el/la propio/a Juez/a como director/a del acto y todo ello aderezado de un posible público, micrófonos, sistemas de grabación, etc. Por eso te ayudamos a superar con éxito cualquier declaración judicial a través de estos cursos de formación.


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