21 de enero de 2025 In Derecho de Familia

Divorcio: Apoyo psicológico a menores

Compartir

Un divorcio puede ser una experiencia dolorosa e, incluso, traumática para la familia. Los menores son altamente vulnerables a sufrir sus consecuencias. Por ese motivo, el ex matrimonio debe brindar toda la ayuda necesaria a los niños para que aprendan a manejar la situación y evitar consecuencias negativas en su desarrollo. Eso incluye un posible apoyo psicológico.

¿Cómo experimentan los niños un divorcio?

Millones de niños alrededor del mundo se enfrentan cada año a la interrupción de la forma familiar conocida.

Los menores suelen experimentar el divorcio de sus padres como una realidad profunda y personal. Además, la situación presenta un alto potencial de consecuencias negativas a corto y largo plazo, especialmente de no encontrar el apoyo emocional necesario.

Divorcio: Apoyo psicológico a menores

Entre las emociones dolorosas que experimentan los niños ante el divorcio de sus padres se encuentran:

  • Confusión.
  • Tristeza.
  • Culpa.
  • Ira.
  • Preocupación.
  • Miedo al abandono.
  • Conflictos de lealtad.
  • Sentimiento de pérdida. Esto suelen experimentarlo, por ejemplo, cuando los niños deben abandonar el hogar donde habita una mascota querida, uno de los progenitores se muda o cuando están con una de las partes y extrañan a la otra.

No obstante, en casos en los que existían conflictos intensos y violencia doméstica, los menores pueden sentirse aliviados.

Lo que suele acompañar a cualquiera de estas reacciones es una preocupación universal compartida: “¿Qué me va a pasar a mí?”.

Hay muchos factores que pueden llegar a reducir los riesgos negativos de un divorcio en los menores y que los padres deben considerar.

Factores a tener en cuenta con los menores tras el divorcio

A la hora de ofrecer apoyo a los menores ante un divorcio, los exesposos deben tener muy presentes ciertos factores que pueden reducir el impacto negativo del mismo en los hijos.

El divorcio es un problema de pareja y no de familia

Hay que diferenciar muy claramente entre lo que son problemas familiares, donde se ven implicados directamente padres e hijos, y los problemas de pareja, que son los del matrimonio que se divorcia.

El divorcio es un problema entre esas dos partes, aunque obviamente repercute en los hijos.

En esas circunstancias los menores se empiezan a hacer muchas preguntas, algunas de ellas relacionadas con la posible causa del divorcio. Pueden que lleguen a plantearse en algunos casos ser ellos mismos el detonante.

No obstante hay que dejarles muy claro, bien conjuntamente o bien por separado, que el problema no es suyo. Esto les ayudará a que no lo adopten como tal.

Duración y grado del conflicto hostil

Si una pareja intuye que está llegando a su fin, es importante dejar las cosas claras y no alargar las hostilidades, si las hubiese.

Todo eso repercute en los menores. Aunque no se discuta delante de ellos, muchos notarán que algo está pasando.

Calidad de la maternidad/paternidad existente

Cuando a los hijos se les ha criado con una buena educación y valores, así como con un alto grado comunicativo, va a ser más sencillo plantearles la realidad del divorcio.

Además, posiblemente estos tengan la suficiente confianza en sus padres como para asimilar que van a hacer lo mejor por ellos y evitar el sentimiento de desamparo.

La familia sigue siéndolo tras el divorcio

Divorcio: Apoyo psicológico a menores

Por otro lado, es fundamental aclarar a los menores que, a pesar del divorcio, la familia permanece completa. Es cierto que esta se desintegra tal y como se conocía hasta ese momento, pero siguen existiendo las figuras maternas, paternas y la de los hijos.

Tendrán que aceptar y adaptarse a una nueva forma de vida, pero se les debe explicar que esa es la mejor opción para todos.

Búsqueda de apoyo psicológico

Además del apoyo recibido por parte de los padres, es muy adecuado buscar ayuda psicológica para ayudar a los niños a que se oriente en ese nuevo rumbo.

Psicología infantil tras un divorcio

La psicología infantil es una herramienta que permitirá a los menores afrontar de manera más saludable la experiencia del divorcio de sus padres.

La terapia les ofrecerá la oportunidad de comprender la situación y adaptarse mejor a ella.

Para lograrlo, un psicólogo infantil realizará un seguimiento del impacto emocional que ha sufrido el menor tras el divorcio de sus progenitores.

Además, también logrará identificar qué elementos externos pueden estar influenciando negativamente. Por ejemplo, la manera de actuar de sus padres.

De esta manera, podrá establecer las pautas que ayuden a evitar las consecuencias negativas en su salud mental. Eso sí, las terapias para menores deberán ir acompañadas de sesiones de terapia familiar. Esto facilitará todos los procesos para el niño.

¿Se necesita el consentimiento de ambos progenitores para llevar al niño al psicólogo tras un divorcio?

Dependiendo de cómo acabe la relación entre el matrimonio roto, a veces se puede volver muy complicado tomar ciertas decisiones. Puede pasar que las partes no se muestren de acuerdo en si conceder apoyo psicológico al menor y, entonces, ¿qué se debe hacer en esos casos?

Es cierto que los padres suelen desear lo mejor para sus hijos y, por ello, a veces uno de estos opta por llevar a los menores al psicólogo unilateralmente. No obstante, a nivel jurídico esto no es tan sencillo.

Tras un divorcio, ciertas situaciones van a requerir el consentimiento de ambos padres si estos conservan la patria potestad.

El ordenamiento jurídico español considera que someter a los menores a terapia psicológica o psiquiátrica es una decisión de mucha importancia y que debe ser aprobada por ambos padres conjuntamente.

Así se explica en el artículo 156 del Código Civil. En él se declara que la patria potestad compartida supone la necesidad de decidir de manera conjunta aspectos relevantes que interfieran en la educación, salud o desarrollo emocional de los menores.

Además, los Colegios de Psicólogos también establecen en el artículo 25 de su Código Deontológico que se requiere la comunicación con los progenitores en caso de tratar a menores y recabar el consentimiento de los mismos.

Por su parte, el artículo 9.3.c de la Ley de Autonomía del Paciente determina que si un menor de edad no puede comprender el alcance de su intervención, el consentimiento informado tendrá que ser prestado por sus padres.

¿Qué pasa si la pareja no se pone de acuerdo?

En caso de discrepancia, se pueden tomar otras dos vías.

Mediación familiar

Mediación familiar

Los mediadores familiares son profesionales que se encargan de facilitar la comunicación.

Es cierto que no pueden tomar decisiones, pero están especializados en acercar posturas y explorar las mejores soluciones para todos.

Solicitar autorización judicial

El artículo 156 del Código civil permite pedir la autorización de un juez. En caso de ser concedida, esta sustituirá a la del progenitor que se niega a brindar apoyo psicológico a los menores tras el divorcio.

No obstante, el proceso de aceptación de la solicitud deberá pasar por una comparecencia. En ella participarán:

  • Los dos miembros de la ex pareja.
  • Los hijos cuando tengan más de 12 años.
  • El Ministerio Fiscal, que actuará en defensa de los derechos e intereses de los hijos menores.

El juez escuchará a los comparecientes, analizando pruebas y documentos aportados. Tras ello tomará la decisión mediante Auto, en el que determinará si permite o no al menor la asistencia a un psicólogo.

Presentar esta solicitud no requiere de forma imprescindible la asistencia de un abogado. No obstante, contar con el asesoramiento de un abogado de familia siempre aumentará las posibilidades de éxito. Divorcio: Apoyo psicológico a menores


Compartir

Leave a Reply